Miomas uterinos ¿Por qué son más frecuentes?

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Los miomas o fibromas son tumores sólidos que crecen dentro de la pared muscular del útero, tienden a ser benignos y actualmente tres de diez mujeres entre los 30 y 35 años van a tener un hallazgo ecográfico de estos tumores.

De estas 3 mujeres, dos no notarán ninguna molestia o síntoma, pero en una de ellas, el mioma podría ocasionar dolor pélvico, sangrados irregulares, demoras en la fertilidad y riesgo de abortos recurrentes. Estos síntomas dependen de la ubicación, número y tamaño de los miomas.

El enfoque convencional de manejo es retirarlos cuando presentan molestias o si se ve que en los controles periódicos tienen tendencia al crecimiento. Si bien este enfoque es correcto cuando hay síntomas no hace mucho para evitar factores que favorezcan la recurrencia y es así que luego de una cirugía, más de la mitad de las pacientes tienen el riesgo de tener otra cirugía por aparición de nuevos miomas.

Se sabe que son tumores cuyo crecimiento es dependiente de las hormonas del ovario, estrógeno y progesterona, pero estas hormonas son comunes a toda mujer en edad fértil y entonces, ¿por qué muchas desarrollan estos tumores y algunas no lo hacen?

Si bien para que una paciente desarrolle dichos tumores, debe tener una predisposición individual a padecerlos, muchas veces esta predisposición se expresa o no en función a factores ambientales o del entorno.

Y son estos factores que debemos evitar en las mujeres que tienen tendencia a padecerlos. Como todo gira alrededor del estrógeno, los factores que favorecen la producción o que disminuyen su eliminación son los que debemos conocer y evitar.

Si bien sabemos que el estrógeno se produce principalmente en el ovario, el otro tejido que lo fabrica en cantidades significativas, es el tejido graso. Así, numerosos estudios han demostrado que más del 70% de casos de mujeres con miomas tienen algún grado de obesidad o sobrepeso.

En muchos casos de sobrepeso e incluso en pacientes delgadas con miomas el problema también está en un exceso de producción de insulina la cual tiene factores de crecimiento que facilitan la aparición de estos tumores.

Se ha visto además, que el estrógeno se elimina con menos facilidad a través del hígado cuando existe una actividad disminuida de la glándula tiroidea.

Una dieta rica en granos con alto contenido de fitoestrógenos es un factor a tener en cuenta, sobre todo si se consume de rutina soya, linaza y otras fuentes de estrógenos vegetales que pueden favorecer el sobre estímulo en el útero.

Muchos granos si no son fermentados o curados previamente quedan con alto contenido de ácido fítico, el cual disminuye la absorción del hierro y yodo, favoreciendo la hipo actividad en la tiroides y con ello menor eliminación del estrógeno.

Numerosos estudios evidencian que bajos niveles de vitamina D3 se asocian significativamente al riesgo de padecer miomas. Y estos niveles bajos son más comunes en pacientes con exceso de tejido graso ya que la vitamina D es liposoluble y tiende a atraparse en este tejido.

Otros factores que incrementan la producción de estrógeno son dormir poco de rutina, lo cual puede alterar la función del ovario con el tiempo.

Si bien muchas mujeres tienen todos estos factores y no desarrollan lesión alguna, es importante tenerlos en cuenta si hay predisposición familiar o individual a desarrollar estos u otros tipos de tumoraciones.

En el IMM promovemos un manejo optimizado que no sólo alivie el síntoma si no que optimice los factores individuales de predisposición para disminuir el riesgo de recurrencia de este y otros problemas crónicos que están afectando a las mujeres hoy en día.