Melatonina baja, cáncer de mama y luz artificial nocturna

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El cáncer de mama, a pesar de las mejoras en la detección temprana y en la masificación del acceso a la mamografía y ecografía, sigue siendo uno de los cánceres más frecuentes en las mujeres y, muchas veces, su aparición no se debe a una tendencia familiar, si no a una combinación de estilos de vida modernos que favorecen su aparición.

Uno de ellos está estrechamente vinculado a un evento reciente, que es el acceso casi universal a la luz artificial nocturna y, si bien este proceso ha hecho que el día prolongue sus horas de actividad, ya sea para mejorar el rendimiento laboral o socializar con la familia y amigos, también ha traído consigo alteraciones en los ciclos hormonales que datan de cientos de miles de años y que dependían de la alternancia entre la luz del día y la oscuridad de la noche.

Muchos estudios notaron que, las personas que trabajan rutinariamente de noche como, por ejemplo, policías, enfermeras, trabajadores de ciertas fábricas, tienen un riesgo mucho más alto de cáncer de mama, así como las que viven en ciudades con calles muy iluminadas.

Cuando aparece la noche, los mecanismos que reprimen a la glándula pineal se liberan y ésta comienza a producir grandes cantidades de melatonina, la cual impregna todas las células para inhibir su replicación, inclusive de las células neoplásicas anormales. Esta hormona está prácticamente ausente durante la exposición a la luz ya sea natural o artificial.

La melatonina tiene un efecto particularmente directo sobre las células estrógeno dependiente, que son muy comunes en los tumores de la mama mediante múltiples efectos: bloquea los mensajeros cerebrales que estimulan al ovario haciendo que éste disminuya la producción de estrógeno, actúa directamente sobre las células cancerígenas bloqueando los receptores estrogénicos en ellas, disminuye la actividad enzimática que permite la producción de estrógeno en otros tejidos, como el adiposo; y finalmente, favorece la degradación del estrógeno disminuyendo así la sobreexposición al mismo, por parte de los tejidos de la mama.

Si bien los dos estimulantes recientes lo eran sólo la luz del alumbrado fuera y dentro de la casa y el televisor, lo que preocupa actualmente es el cambio en los patrones de exposición nocturna a la luz artificial, que ha sumado, además, el uso cada vez más extendido en la noche de los smartphones para socializar, hecho aunado por las compañías que alientan este uso promoviendo ofertas para los usuarios nocturnos, algo a lo que nuestro cuerpo no ha estado adaptado en sus cientos de miles de años de evolución y, al ser socialmente común, no nos damos cuenta del impacto negativo que puede llegar a tener a largo plazo.

La mejor manera de evitar una disminución de la actividad de la melatonina es procurar la mayoría de días dormir a partir de las 10 pm y por 8 horas. Sabemos que muchas veces la capacitación académica, el rol laboral, la actividad física y la socialización es posible que no se de en otras horas que éstas, pero tener presente que el proceso no se debe mantener por muchos años, dados sus riesgos es muy importante.

En el IMM, estamos seguros de que no sólo la detección y la evaluación periódicas del tejido mamario son importantes, sino que, por encima de ello, es también muy importante la modificación de factores de riesgo que a veces no se advierten como tal, como este cambio social reciente.