Nuestros cuerpos están hechos de millones de células que se organizan en tejidos y éstos a su vez desarrollan órganos y sistemas que en conjunto nos permiten vivir día a día. Pero al final, cada célula del útero o del ovario, así como cada célula del ojo o del corazón, son un conjunto de lípidos (grasas), aminoácidos (proteínas) y carbohidratos complejos (azúcares) que se combinan para desarrollar un tejido, y este tejido funciona por mensajeros hormonales que a su vez son lípidos o aminoácidos que funcionan junto a micronutrientes como minerales y vitaminas.
Todas estas sustancias inicialmente vienen de los nutrientes que nuestra madre nos dio en el vientre y luego de nuestro propio consumo. Así que al final, cada tejido de nuestro cuerpo es comida.
Para que estos desarrollen una disfunción y con ello, una molestia como el ovario poliquístico con menstruación dolorosa y sangrados abundantes, la causa está en una rutina de comidas y mensajeros hormonales desordenados que dañan la funcionalidad del ovario. Esto no sucede de la noche a la mañana, es un efecto acumulativo que se da con los años; por ello, nadie nace con molestias, van apareciendo con el tiempo.
La comida, mientras sea menos diversa en nutrientes y más rica en azúcares refinados, es más probable que ocasione disfunción en los órganos y tejidos, y con ello síntomas. La falta de ciertos minerales y vitaminas, así como de grasas buenas, abundantes en alimentos de origen animal y vegetal, hacen que el metabolismo y el equilibrio hormonal se alteren, haciendo que los tejidos no funcionen bien y generen un síntoma.
Si a eso le sumamos, poco movimiento y pocas horas de sueño reparador, es esperado que las quejas del cuerpo en forma de síntomas sean crónicas, recurrentes y ubicados en varios órganos. Por ello es habitual ver que chicas que sufren de ovarios poliquísticos, muchas veces también sufren de dolores de cabeza, fatiga, contracturas musculares y otras molestias.
Corregir dichas causas nutricionales y metabólicas y no sólo aliviar los síntomas es lo que hacemos todos los días en el IMM, porque creemos en el bienestar sostenido de la mujer, usando el enfoque correcto que la cure de modo sostenido.