En el verano nada más relajante que disfrutar de la playa, de acostarse en la arena o pasar el día en la piscina. Y a todos nos gusta esta época que mejora el estado de ánimo por mayor contacto con la naturaleza y las áreas externas.
No obstante, hay que pasar horas en el trabajo y tanto en las horas laborales como en los momentos de paseo nos exponemos a ciertos cambios que nos obligan a tener más cuidado para no afectar la piel, el cabello y la zona íntima. Para ello van estos cuidados básicos que debes tomar en cuenta:
Beber agua de modo regular así no haya sed. Esto porque hay más pérdida de agua por el mayor aumento de temperatura, sobre todo si hay muchas horas de exposición al sol. Considerar el uso de una crema hidratante luego del día en la playa o piscina.
Siempre protección solar. Hay que evitar que la piel se queme y tratar de conseguir el bronceado de modo progresivo. Así que si no tiene mucho tiempo para una adecuada exposición los pocos días que se disfruten no deben permitir una quemadura en la piel. Recuperarse lleva mucho tiempo. El protector solar SPF 30 a 60 o disfrutar de horas pasado el mediodía es recomendable.
Cuidado capilar. El cabello es de las partes del cuerpo que más se afecta en la temporada de verano. Hay mayor resequedad y desgaste por el sol, la piscina y el mar. Existen champús que tienen la propiedad de fortalecer el cabello y además con añadidos de protección solar.
Protección de los ojos. Son importantes los lentes de sol con filtros certificados, ya que las lesiones en los ojos pueden no ser reversibles. Ahora, como andamos menos expuestos al sol la mayor parte del tiempo la sensibilidad a la sobre exposición es mayor.
Básicos para la zona íntima. Son cuatro los aspectos básicos para evitar las infecciones e irritaciones que se hacen más comunes en esta época del año: El uso adecuado del tampón o protector, que debe ser cambiado de modo muy frecuente, cada dos a 4 horas y evitar al máximo su uso. Cambiarse de traje de baño luego de salir de la playa o piscina y secarse bien la zona íntima. Esto porque los trajes pueden acumular arena, el cloro de la piscina o el agua de mar que en zonas con mucho bañista pueden además tener restos de bloqueador, lociones y otros químicos que pueden irritar esta zona que es más delicada, además, el mismo material sintético de algunos trajes de baño no permiten una adecuada respiración de la piel lo que favorece la proliferación de microorganismos. Cuidados al rasurarse. Lo mejor es mirar otras alternativas al razurado pues con las cuchillas se puede lastimar la piel y con ello facilitar infecciones que la afecten y favorezcan la irritación. Usar ropa holgada. Sobre todo en los horarios de trabajo la ropa debe permitir que la piel respire para evitar más humedad y proliferación de los microorganismos propios del cuerpo.
Finalmente, cuidar la nutrición. Bebidas y snacks ricos en zumos de frutas o batidos y helados con alto contenido de azúcares simples, favorecen la proliferación bacteriana, sobre todo de la zona íntima, y con ello infecciones. Es mejor incrementar el consumo de vegetales y frutas frescas con más contenido hídrico de modo que aporten minerales, vitaminas y agua que ayuden a compensar los retos que el calor imprime al cuerpo.