Sabemos que es uno de los cánceres más frecuentes que afectan a una mujer, pero que es fácilmente detectable en etapas muy tempranas que son curables si se tiene acceso a una evaluación periódica y a otras medidas que a continuación enumeramos.
Detección temprana. Dado que el cuello uterino es accesible a evaluación, la mejor estrategia de prevenir y evitar desarrollar este cáncer es detectarlo a tiempo. Así, 6 meses a un año luego de iniciar vida de pareja, es importante que, con molestias o no, acudas a una evaluación con tu especialista de confianza.
Los métodos de detección van desde el tradicional Papanicolaou o pap hasta la tipificación de PVH y la colposcopía.
El pap es muy fácil de hacer por ello es el más extendido en uso, pero como depende de una buena toma, si no se hace bien, tiene mucho falso normal.
La tipificación de PVH señala si hay presencia de este virus, si está activo o no, y si lo está, si es del tipo de alto riesgo o bajo riesgo para desarrollar cáncer. Tiene como limitante el costo. Aún muy caro en nuestro medio.
Cuando uno de los dos está alterado (pap o tipificación), lo que sigue es hacer una Colposcopía. Con una visualización entre 20 a 60 veces más grande, este magnificador visual permite colocar contrastes en el tejido del cuello uterino y resaltar si hay o no lesiones pre malignas las cuales no se ven a simple vista y pueden escaparse al pap.
La colposcopía, si identifica una zona sospechosa de lesión, permite dirigir una biopsia y establecer el diagnóstico. Así que es el examen ideal a rutinizar. Por ello en el IMM ofertamos la combinación pap y colposcopía lo cual da mucha tranquilidad a nuestras pacientes.
Uso de preservativo. Disminuye la probabilidad de transmisión del PVH desde el varón, usualmente el portador que no desarrolla lesión. Mucho más si se está iniciando la relación de pareja y no se determina si va a ser estable o no.
Limitar el número de parejas sexuales. A más parejas, más probabilidad de adquirir un tipo de PVH agresivo y con ello exponerse a desarrollar lesiones pre cancerosas o cáncer de cuello uterino.
Evitar el uso prolongado de anticonceptivos orales. Más de cinco años de uso se ha visto que favorecen el desarrollo de lesiones en el cuello uterino.
Tratar de modo correcto otras infecciones vaginales. La presencia de infecciones recurrentes en el canal vaginal por bacterias u hongos, favorece la actividad del papiloma virus (PVH) y con ello mayor riesgo de desarrollar lesiones. El tratamiento correcto, cuando las infecciones son recurrentes, no es solo usar óvulos o pastillas si no buscar factores hormonales y metabólicos que estén afectando al sistema de defensa, para así corregirlo y parar la recurrencia al tener mejor sistema de defensa.
Y en esto en el IMM sabemos cómo hacerlo, no sólo nos dedicamos a la detección temprana y al tratamiento de infecciones interecurrentes, sino además, corregimos causas metabólicas para que permanezcas en bienestar siempre.