Cómo balancear las cenas de fin de año

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Las cenas de fin de año tienen un estilo bien definido en nuestro país. El pavo relleno o lechón al horno son el plato principal, que viene acompañado de puré de manzana, de camote o ambos, además de arroz especial a la jardinera o el denominado arroz navideño. Una ensalada en base a hoja verde pero que tiene trozos de manzana y otras frutas y para acompañar dos bebidas: el espumante y el chocolate. Y cómo no, el infaltable panetón.

Todo ello si está bien preparado es inevitable que genere tanto placer que uno puede exagerar en su consumo y con ello ocasionar una urgencia digestiva esa misma noche o contribuir a otros malestares si se abusa de cierto grupo de ellos.

Además, días antes de las fechas centrales, es muy común las reuniones o chocolatadas en los centros de trabajo, de estudio y amigos del barrio donde el chocolate navideño, el panetón y el espumante no faltan.

Son las fiestas más importantes y motivos de reunión así que es bueno celebrar. Acá damos algunos consejos para que la celebración sea plena y no genere luego culpa por sus efectos adversos al no tener una información adecuada.

Lo primero que se nos viene a la mente es que, independientemente qué tipo de reunión sea, la moderación debe ser la norma. Pero fuera de ello, es importante tener dos consideraciones más: la calidad de los insumos y la distribución o raciones de los mismos.

El chocolate navideño debería ser 100% cacao. El cacao es una grasa buena, que consumido con moderación, contribuye al bienestar del cuerpo al tener propiedades antioxidantes y anti inflamatorias. Ahora se venden como chocolate de navidad productos que son en su mayoría grasa vegetal con saborizantes y casi nada de chocolate lo que favorece la inflamación y con ello dolores crónicos y mucha caloría que favorece al sobrepeso al contener más azúcar refinada lo cual no es un componente del verdadero chocolate.

Los espumantes originalmente son vinos fermentados con o sin azúcar añadida. Los más “agradables” son los que pueden tener grandes cantidades de azúcares en su composición y, junto a su alto contenido de alcohol, realmente abusar del mismo puede causar algunos grados de intoxicación aguda y una migraña intensa por inflamación añadida.

Sólo para brindis, preferir los de tipo Brut que son con poca azúcar añadida, por ende más amargos, y en cantidades pequeñas es lo mejor.

El panetón ya no es de masa madre donde la fermentación natural permitía quitar del trigo los antinutrientes, sino de levadura comercial que favorece una fermentación que deriva en alcohol por lo que puede ser muy inflamatorio.

Su alto contenido de carbohidratos refinados y frutas deshidratadas que concentran azúcar hacen que favorezca a nivel intestinal un sobre crecimiento bacteriano lo cual contribuye en pocas horas a las molestias intestinales.

Pero también ocasiona alteraciones en las hormonas y favorecer dolores de cabeza y acumular mucho de este exceso calórico en grasa muy fácil de ganar pero difícil de perder. El panetón se debe considerar un postre, pues lo es, de ahí es que es importante consumirlo con mucha moderación.

Si bien es difícil establecer una cena ideal cuando el principio de la misma es la abundancia con fines de celebración. Pero en general, sería bueno que la cena sea de dominio en la carne elegida al horno, con vegetales no fermentables y poca fruta sobre la ensalada, una ración muy pequeña de arroz y de puré, ricos en carbohidratos que luego son azúcar en la sangre; beber con moderación y no combinar bebidas.

Disfrutar de las reuniones y de las fiestas es muy bueno, y para no arruinarlas o no arruinarse el bienestar, consumir con moderación, buscar insumos de calidad y saber distribuir las raciones de los mismos, garantizan que las fiestas sean solo alegría y sonrisas.

Felices fiestas les desea el IMM y los mejores deseos de bienestar hoy y siempre.