Su asociación con la insulina y el PVH
Se denominan acrocordones a pequeñas “carnecitas” que sobresalen usualmente en los pliegues del cuello, axilas, ingle e inclusive en los párpados. Pueden tener el aspecto de nódulos o de verrugas muy pequeñas y corresponden a una tumoración benigna de la piel. Tienen siempre un tallo carnoso o pedúnculo y son indoloras y no tienden a crecer.
Si bien se cree que algunas personas pueden tener predisposición genética para su desarrollo, la mayoría de personas que lo padecen tienen tendencia al sobrepeso.
Posiblemente no lo asocien con la subida de peso, pero es muy común que, conforme se gane más grasa que músculo, aparezcan estas lesiones.
Muchas personas con sobrepeso, lo son a expensas de una sobreproducción de insulina, la cual hace que los excesos de carbohidratos y por ende del azúcar que contienen, no se queden en la sangre, sino que se conviertan en grasa y se acumulen en el cuerpo. El exceso de insulina sobre estimula la producción de un factor de crecimiento en la piel, lo cual haría que, en zonas de mayor rozamiento como los pliegues, aparezcan estas lesiones.
Así, estos acrocordones son comunes en padecimientos donde se ha visto que la hiperinsulinemia o exceso de insulina juega un rol como factor asociado junto al sobrepeso: ovarios poliquísticos, diabetes, y si son muy numerosos, se han vinculado inclusive a pólipos en el colon.
Pero además, en una investigación, al hacer un estudio más profundo de dichas lesiones, se encontró que tenían el ADN de los papiloma virus de la piel o PVH 6 y 11 hasta en un 80% de ellos. Así que su proliferación en aspecto de verruga podría deberse a este cofactor que se puede sumar en algunos casos.
El PVH es un virus que se expresa sobre todo en pacientes con sistemas inmunes facilitadores o débiles, y esto es más común en personas con hiperinsulinemia y otros trastornos metabólicos.
Si bien el tratamiento convencional es el retiro de la lesión mediante alguna técnica de cauterización. Dicho tratamiento si bien quita la lesión, no quita las causas asociadas cuando las hay, y por ello, la idea para que no recurran es buscar si existen factores nutricionales y metabólicos asociados a excesos de insulina. Con ello no solo se previene la recurrencia de dichas lesiones, si no además, mayores complicaciones a largo plazo en el riesgo de aparición de quistes en los ovarios e inclusive diabetes o lesiones en otros órganos como el colon.
Un enfoque orientado hacia la causa nutricional y metabólica es lo que siempre promovemos en el IMM.