Depresión e inflamación ¿Cómo están asociados?

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Todas las personas que han tenido la experiencia de un resfrío saben que este proceso inflamatorio agudo, ocasionado por virus, tiende a ponernos más tristes y hasta depresivos.

Saliendo de este ejemplo, sabemos que con los cambios hormonales propios de la mujer hay más tendencia a cambios en el estado de ánimo y más prevalencia de depresión, la cual puede debutar o acentuarse cerca al cambio hormonal como en la adolescencia, los cambios emocionales pre menstruales, durante y luego del parto y en la transición a la menopausia.

Pero también sabemos que si bien en más frecuente en mujeres, no todas las mujeres lo padecen, así que debe de haber otro factor que haga que algunas sean más susceptibles que otras a este desorden del estado de ánimo.

Recientemente se ha visto que las mujeres que padecen de depresión tienen asociados marcadores de inflamación crónica en el cuerpo más aumentados que en aquellas que no lo padecen.

Si bien estos estudios no pueden establecer causa y efecto, si establecen una asociación que sugiere que la inflamación puede ser un causal de la depresión. Así que cualquier evento que favorezca una inflamación crónica puede contribuir a desmejorar el estado de ánimo y a favorecer la depresión.

Muchos factores en el día a día deben tenerse en cuenta y muchas veces controlarlos favorecen a evitar estar tomando moléculas que si bien alivian la depresión no corrigen la causa. Evitar los medicamentos es lo ideal en estos casos, pues a veces la sugerencia es que se deben de tomar de por vida.

¿Qué factores promueven la inflamación? Alimentos procesados ricos en azúcares y grasas trans, dormir pocas horas y no hacer actividad física son tres factores que promueven inflamación. Tener poco músculo, menos de lo normal y acumular mucha grasa, sobre todo en la cintura, también lo favorece.

Evitar todo ello disminuye la inflamación crónica. Promover factores que disminuyan la inflamación también es muy bueno como priorizar alimentos ricos en omega 3 y grasas buenas anti inflamatorias como los hallados en los pescados de agua fría, proteína de origen animal de pasturas y huevos de corral es deseable.

El sol, la mejor fuente de vitamina D3, un anti inflamatorio por excelencia, está demostrado que mejora el estado de ánimo. Tener un sueño reparador ayuda también a mejorar la inflamación.

Es importante también buscar si no hay alteraciones en las hormonas del metabolismo que puede afectar el estado de ánimo. Descartar la presencia de focos de infección crónica que puedan favorecer la inflamación también es importante.

En el IMM procuramos que el bienestar se recupere o se mantenga de modo integrador y sostenido para evitar manejos que solo ataquen los síntomas y no las causas.

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